
Luego de un largo paseo por Salzburgo, al bajar de la impresionante Fortaleza de Hohensalzburg, cogimos hacia la derecha para ver la Plaza Mozart. El frío y el cansancio reclamaban una merecida parada, y estaba allí Demel, una pastelería, confitería, café... que data de 1786, y que debe su nombre a Christoph Demel, quien era el primer asistente del pastelero y que, en 1875, compró el negocio. Larga es la historia que enriquece este lugar que rezuma tradición y un amor profundo por el arte de la confitería y la pastelería. Desde el principio, ya eran famosos sus elaborados, deliciosos y hermosos postres, y ello sigue siendo parte de su mayor atractivo.

Entramos. Hay diversas áreas en las que uno puede escoger donde estar en Demel, pero todas ellas ofrecen belleza y comodidad. La primera, un salón rococó, pequeño y acogedor y arriba un par que son amplios (hay más) en el que predomina un área blanca con muebles de cuero, muy moderna y, el otro, en donde una luz más ténue y esponjosos sofás rosas te reciben, entre paredes, modernamente tapizadas, pero sin pretensión.

ciado por muchos años: rápida, fresca, cordial y efectiva.
De los postres, probamos todos de chocolate, y cabe destacar la delicada maroni tarte, hecha de finas capas de chocolate, crema firme de castañas y frutos secos crujientes, lo justo de tostado como cremoso, y claro está, sin empalagar. Es de esperarse que el café esté a la altura de tan exquisitos postres. Los precios, a pesar de tanto lujo, son muy módicos, una tarta puede costar sólo 2,60 euros.

Sé que suena a a eslogan, pero desearía tener uno a Demel, en cada ciudad donde vive.
*Lamentablemente, este café en mi visita en
julio de 2013 ya no existe. Dudo si lo estarán mudado.
Sigue en pie el de Viena
Demel Salzburgo
Café-Restaurant
Mozartplatz 2
5020 Salzburgo
Austria
Telf: +43- 0662-840 358
Horario: 09.00-19.00 horas
Web: http://www.demel.at/index_flash.htm
Fotos 1 y 4: © Demel
Foto 2 y 3: Giuliana Mata