En mi pequeña guía turística de la ciudad de Nápoles y en el NY Times recomendaban el Café Gambrinus. Si bien por sus salones dicen que pasaron famosos de la talla de Oscar Wilde, hoy en día es visitado como un sitio de peregrinación turística, aunque sea para entrar a verlo. Sigue conservando cierta belleza de lo que pudo ser su pasado esplendor, pero pasando a lo que debería importar, cabe destacar que nuestra experiencia fue francamente mala.
Nos dispusimos a desayunar allí, y aunque los precios eran bastante altos para la media napolitana, decidimos merecernos un pequeño homenaje. El café, que en Italia suele ser excelso en casi cualquier café, el que nos sirvieron dejaba mucho que desear, rozando lo malo. Comimos una sfogliatele napolitana, que si bien estaba fresca, su sabor resultó ser tan cansino que no pude terminarla. Las palmeras, eran tan burdas que se consiguen, incluso mejores, en el supermercado. La atención, deficiente y los precios caros.
Salimos de allí con esa incómoda sensación de haber hecho los tontos, pagando unos 18 euros por este desayuno tan engañoso como desilusionador.
Haga mejor como muchos, pase, haga la foto y tome café en otro lado.
Café Gambrinus
Via Chiaia, 1-2
Nápoles
Italia
Teléf.: +39/ 081 41 75 82
Web: Café Gambrinus
