Nunca paro de buscar restaurantes japoneses en las ciudades que vivo. He descubierto uno en mi barrio que ha sido una grata sorpresa, el Ohayou. Desde que entré para su exploración no dejó de asombrarme su decoración totalmente japonesa. No es especialmente bonito, pero tiene su encanto. Lo que me hizo lanzarme a probarlo, su pequeña salita de tatamis, en la que puedes comer sentado en el suelo en mesas de madera.
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Variada y sazonada por algunos platos que no son muy frecuentes en los restaurantes japoneses de occidente (que he visitado), su carta ofrece, por ejemplo, los sencillos y deliciosos Edamame (habas de soja hervidas), el Hourenso no Gomaae (espinacas con salsa de sésamo) o las clásicas Gyosas, por supuesto, como entrantes. Entre otros platos se encuentra la delicada Soba, que es una especialidad del verano, y para la entrada del frío, los Udon servidos en su sopa, que es una ración bastante contuendente y riquísima.
El tempura de vegetales no fue de nuestros favoritos, quizá siga sin gustarme los pimientos o la cebolla para este modo de preparación. Tienen una gran ofertas de platos (Nabe) que caben dentro del apartado de preparados en caldero, que se ofrecen solo si son mínimo dos personas.Más que los maki, es altamente recomendable el Sashimi (tienen de atún rojo), sin duda el mejor que he probado en la ciudad, una maravilla.
La atención es buena y los precios bastante módicos para ser un japonés. Hay menús entre 9 y 15 euros, y sobre todo al mediodía, se ofrecen ofertas más que económicas, que rondan los 10 euros. Una cena para dos, sin privarse de mucho, pero con cerveza, unos 70 euros.
En su página se puede ver su carta, y el restaurante ofrece también comida a domicilio y catering. También imparten cursos de sushi para los entusiastas de lo japonés.
Belgradstr. 71
80804
Múnich
+49/ 089 32 667 604
Web: ohayou
Abierto de lunes a sábado
de 11.30-14.30 y de 17.30-23 horas.
Imágenes © Ohayou
Claudia yo comparto contigo el gusto por la comida japonesa, no me canso de ella, la podría comer a diario y me gusta preparar sushi en casa a menudo. El barco de surtido que muestras en la foto es muy apetitoso, justo lo que le ha faltado a mi cena en casa, consistente en una sopa miso caserita :-) y una triste tortilla francesa.
ResponderEliminarBueno, nada mal la cena. Yo también preparo sushi... y las Gyosas que tanto me enloquecen.
ResponderEliminarSaludos!
Muy bueno, Claudia. El barco está rebosante de cosas con un excelente aspecto y un buen sashimi de atún rojo es algo por lo que podría bailar de coronilla.
ResponderEliminarLo que es cierto, es que en general, el témpura (en Japón lo pronuncian como palabra esdrújula) es algo pesadote. El único que me gustó fué uno de anguila servido en un barquito restaurante en Tokio. Se deshacía en la boca. Pero los que he probado en otros sitios me han dejado siempre el estómago muy pesado.
Supongo que el barco es cuando hace sus catering para las fiestas... pero todo está estupendo.
ResponderEliminarGracias por el dato de pronunciación del témpura, desde hace 2 años no hago más que pensar en ir a japón. Tienes que hacer un post de tu top ten japonés o como mínimo enviarme un mensajito...
La anguila me da mucha curisidad, dicen que es muy sabrosa ¿es rica?
Y en cuanto el tempura, la verdad es que los que más me gustan, son los que hago... el de calabaza en para morir!
A mi el tempura de aguacate me vuelve loca.
ResponderEliminarPues Claudia, tú que estás relativamente más cerca, me he acordado que en Berlín me llevó una amiga que vive allí al mejor japonés que he catado en mi vida, mucho mejor que el famoso y premiado Roka de London que encima es carísimo.
El restaurante se llama Shiro i shiro (www.shiroishiro.com), hay varios en Berlín (yo estuve en uno de los bares de sushi, no en el restaurante grande que mezcla y fusiona con otras culturas culinarias). Tiene también establecimiento en Nueva York, los Angeles y Londres. El chef es muy famoso por lo visto, conocido por Mr. Duc.
Estaba todo para morirse, unos maki originalísimos y ya lo he comentado, muy barato.
Ah, por favor, qué buen dato, gracias. La verdad que la última vez que estuve en Berlín fui a un japo más modesto, pero correcto. Lo apunto. La verdad desde que vivo en Alemania no eh vuelto a Berlín, sin duda, mi cidudad preferida de la germania.
ResponderEliminarMe he metido en la Web, he estado allí para un postre...
ResponderEliminarLa última vez fui con mi marido invitados como periodistas, y nos hicieron un tour nocturno, en le que comñas un entrante en un rest. El segundo en otro y el postre fue en Shiro y Shiro. Lo había olvidado por completo... (el nombre)
Hola Claudia.
ResponderEliminarHice en su día un par de posts sobre el Japón:
http://diriodeunaburrido.blogspot.com/2008/12/sushi.html
http://diriodeunaburrido.blogspot.com/2009/05/los-huevos-negros-de-owakudani.html
La verdad, es que si ahora me preguntas, no me acuerdo del nombre de la mitad de los restaurantes en los que estuve.
Sí me acuerdo del restaurante que está en la última planta del Hotel Grand Prince de Akasaka. Sobre todo para desayunar: un buffet realmente impresionante con dos variantes: occidental y japonesa. Yo tomaba mi sopa de miso, té verde y las diversas cositas sin nombre que llenaban el buffet. Por supuesto, los japoneses (¿o serían chinos o coreanos?) desayunaban a la occidental.
Los barquitos-restaurantes son una de las típicas atracciones de Tokio. Te metes en el barquito, en la sentina, te quitas los zapatos (fue extraordinario, porque en mi grupo había rusos, europeos, gringos, etc, y nadie llevaba los calcetines rotos) y te empiezan a servir plato tras plato acompañado de sake caliente. Cuando acabas, puedes subir a cubierta y ver las luces de Tokio. Por malísssima suerte, se terminó la batería de mi Canon antes de subir.
Me llevaron también a un restaurante en Shibuya, como muy típico, pero no retuve el nombre. Por mi cuenta, anduve husmeando por los pequeños baretos de Akasaka, Asakusa y Roponghi y comí cosas que ni sé lo que eran (Tal vez es mejor).
Umhhh. gracias pr las joyas informativas, muy generoso. ME imbuyo ahora mismo en los link de tu blog!
ResponderEliminarPor favor, paren ya de nombrar esas delicias, que mi estómago se pone a cantar Kabuki... ;-) Yo lo que quiero es ir al gran mercado de pescado de Tokio y ver esa sinfonía de pececitos y cefalópodos descargándose en cientos de cajas. Como dice DelikaEssences, la comida japonesa amí también... Obli, obla, ay cada día me gusta más, obli, obliii, obli obláaa... cada día me gusta más...
ResponderEliminarTe había escrito un comentario y creo se ha perdido. Te decía que me encanta ese menú japonés, yo suelo ir a restaurantes de ese país y me encanta casi todo.
ResponderEliminarCuando tenga que viajar, antes consultaré tu blog.
Gracias por contactar conmigo, ahora mismo me enlazo al tuyo.
Un abrazo
Hola Pilar, gracias por tu comentario. Gracias por la confianza y espero no decepcionarte, aunque cuando los post son más viejos corren el riesgo de que se desactualice la info, aunque estoy pensando en hacer un icono de revisión, es decir, poner una suerte de visto bueno a aquellos rest, a los que he vuelto y siguen siendo buenos.
ResponderEliminarSaludos!
¡Qué maravilla de restaurante! pena que queda un pelin lejos... Me encanta el sushi.
ResponderEliminarBesos.
Claudia, creo que la globalización a aportado muchísimo en el area gastronómica y la comida japonesa ha tenido gran éxito en el mundo entero. El respeto por los ingredientes desde su manipulación, cortes, mezclas y cocciones hasta el equilibrio de lo salado y dulce...me encanta y agradesco no tener que ir hasta el oriente del planeta para probar tan fantásticas preparaciones. Ahora...cuando me pegue un pique (si es que lo hago) no dejaré de consultar tu blog en el que encuentro exelentes recomendaciones.
ResponderEliminarSaludos!!!!
Totalmente deacuerdo contigo, y no solo eso, sino que también permite mezclar ciertos ingredientes autóctonos y a vecs enriquecer las propuestas (ésto para los menos puristas)!
ResponderEliminarAinsssssssss adoro todo lo oriental. Tiene que estar todo riquísimo.
ResponderEliminarBesos.
Bueno, todooo, no sé, pero estoy dispuesta a probarlo a ver si todo, umhhh.
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