07 octubre, 2015

Casa Marcelo en Santiago de Compostela



El restaurante de tapas bar Casa Marcelo fusiona la gastronomía gallega con toques asiáticos. Lo cual es una estupenda idea para variar un poco cuando uno está de viaje por esas tierras. Su decoración es agradable, con toques industriales y rústicos, íntima y acogedora.


Gilda de sardinas.


El restaurante solo cuenta con una barra frente a los cocineros y una gran mesa en la que se comparte con el resto de los comensales. Idea que encuentro simpática y que permite la interacción con los otros si a uno le apetece, aunque resulta bastante incómodo estar sentado un buen rato en taburetes. La atención es irregular, un tanto extraña. Y se nota que los camareros no están muy preparados para recomendar vinos. Y como intentan ser modernos, solo se cuenta con unos cubierto endebles de madera y no hay servilletas, para mí resulta un horror.




En cuanto a lo culinario, se puede decir en general que no está mal, pero es bastante decepcionante, si atendemos a la fama que le precede, y viendo que los precios no se corresponden con la calidad de lo que ofrecen. Tomamos una Gilda de sardinas, que se puede decir que estaban correctas, luego, unas navajas en escabeche de lima, ricas, sin más, pero escasa la ración (¡sale a 12, 95 euros, es decir  a 6 euros y pico cada navaja!).



Luego pedimos una mezcla de dim-sum de cachucha y gambas y shao-mae de chorizo criollo, que la verdad nos gustó, original sabor y frescas, aunque las dim-sum estaban un poco pasadas de vapor.



Quizá lo más decepcionante fue el satay de cerdo ibérico, pepino agridulce y tomate, muy soso, sin ninguna chispa.


Lo mejor fue el temaki especial de atún, con un buen arroz de sushi de base, atún macerado y coronado con y algas, aunque la ración resulta microscópica.

De postre, sigo pensando que no es el fuerte de los restaurantes españoles en general. Pero se podía comer su tarta al whisky y su milhoja.





No hay sorpresa ni momentos especiales, cuanto mucho, se llega a comer algunas cosas que están bien y a veces agradable, pero los precios no se corresponden para nada con lo que ofrecen. Realmente si se va con hambre hay que gastarse al menos unos 50 euros y no sé si con el vino. Al ser tan pequeño y famoso recomiendo reservar. Quizá si tuviera una mejor relación calidad precio, sería recomendable a pesar de no ser una maravilla.


Casa Marcelo 
Rua Hortas
Santiago de Compostela
A Coruña, España
15705
Teléf.: 981 558 580 




7 comentarios:

  1. Tomo nota amiga, este verano del 2016 tengo previsto visitar Santiago con mi familia y no dudes que utilizaré tu información.
    Besos Claudia.

    ResponderEliminar
  2. Bueno, vuelvo a comentarte que viajaré este año que viene a Santiago y tomo nota de este establecimiento para ir.
    digo vuelvo a comentarte porque algo me está fallando, te comento y no se crea.
    Besos amiga y gracias por darnos estas pistas tan sugerentes.

    ResponderEliminar
  3. Ya lo vi, la aprobación, perdón.
    Besos.

    ResponderEliminar
  4. Tus fotos hacen que los platillos, o tapas, como los llames, aparezcan como muy apetitosos. Parece que están gritando: ¡comedme!, ¡comedme!. Muy apetitosos, sí, pero el precio me parece totalmente desmadrado.

    ResponderEliminar
  5. No, mejor no, Claudia. Según lo que cuentas, la cosa es como comprar un billete de lotería caro... y, bueno... siempre se puede ganar el premio mayor; pero yo, ¡ni una dupleta nunca, jamás! Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. Una pena que sea tan caro, porque en Galicia, después de comer tantísimo como se come, apetece encontrar un sitio con algo un poquito más ligero. Pero esos precios... pudiendo hincharte a comer pulpo y raxo y empanada por dos duros...

    ResponderEliminar
  7. Caro diario restaurante, platillos-tapas como dice Sorokin, recomiendo llevar bocata en la mochila (en una estilo Iglesias o Garzón, no Sánchez :-) La propuesta de carta tampoco entusiasma y el resultado me pareció correcto pero sin tirar cohetes. Después de un viaje de semana y media por Galicia con algún que otro ágapes sin parangón este lugar la verdad es que me decepcionó. Lo de compartir mesas al final me gustó. Hicimos migas con un par de tipos californianos que estaban en viaje culinario y la velada fue muy divertida.

    ResponderEliminar