©Café Sacher
Estos días he estado en Viena, y aunque la ciudad no nos deparó grandes placeres culinarios, lo que sí nos salvó fueron los cafés vieneses. Entre las tareas pendientes, sin duda, era ir al Hotel Sacher e ir a probar su celebérrima tarta, que data de 1832, y que fue creada por un aprendiz de cocinero Franz Sacher. Se estima que anualmente se venden unas 300.000 tartas Sacher originales al año.
Una anécdota curiosa es que el hijo, Eduard trabajó como aprendiz en la también famosa Demel -la cual este blog le dedicó en sus inicios una entusiasta crítica- y preparó la tarta creada por su padre, partiendo desde allí rivalidades entre las dos casas pasteleras, hasta el punto que se llevó a litigio y solo pueden llamarse torta Sacher a aquellas que venden sus establecimientos. Así que de Demel bautizó a la suya como Eduard Sacher-Torte.
Mi veredicto, bueno, la verdad es que en sí misma la tarta es muy rica pero no creo que sea mi preferida. La encuentro demasiado dulce por el agregado de mermelada, supongo, pero es una cuestión de gustos, porque sin duda la tarta es fresquísima y hecha con esmero.
No me dio tiempo a probar sus otras opciones, cuestión que despierta mi curiosidad porque soy una fan perdida de Demel. Así que supongo que su versión Sacher será igualmente buena, juro volver a Salzburgo y comprobarlo. La calidad del café es igualmente buena.
En su tienda on-line se pueden ordenar por correo y tardan dentro de Europa unos 3 días, y aunque no tenga el ensoñado entorno de un café vienés, podrá probarla. Los precios son como la media de la ciudad un café y una tarta ronda los 10 euros.
Filarmonikerstr. 4
A 1010 Viena
Austria
Teléf.: +43/ 151 456 0
Web: Café Sacher Viena
El Hotel Sacher es una de mis paradas obligadas cuando voy a Viena. La verdad es que nunca me he sentado en el café del hotel (y menos, desde luego, he pasado la noche en ese lugar de culto), pero siempre me compro un par de tartas en el mostrador que tienen al lado. No porque me gusten demasiado, la verdad, pero quedas como un príncipe cuando vuelves a Bruselas y dices: "mira, te he traído una tarta Sacher". El problema es que hubo un tiempo que tenía que ir a Viena con mucha frecuencia y llegué a tener media docena de tartas acumuladas en mi nevera.
ResponderEliminarTe diré un secreto (a no contar a nadie, please): tuve que quitarle la etiquetilla con la fecha de caducidad a un par de ellas antes de regalarlas. Ssssh.
Pues no te preocupes, esa fecha de caducidad es solo por advertir que ya no estará tan frescas. Dudo que alguien se intoxique si ha pasado dicha fechas-
ResponderEliminarSaludos Sorokin
Que delicia....que recuerdos de Viena.....sin duda un lugar de buenos cafes y deliciosa pasteleria....siempre todos hablan de la Pasteleria Francesa.....que sin duda es deliciosa....y todos se olvidan de los pasteles y PANES de Alemania y Austria.....que buenos son!!.......Abrazotes, Marcela
ResponderEliminarLA HISTORIA QUE CUENTAS ES CIERTA, Y TAMBIÉN QUE EXISTEN LAS 2 RAMAS DE LA FAMILIA, ENFRENTADAS Y CADA UNA CON SU OBRADOR Y SU SACHER, COMPITIENDO POR VER QUIEN LA ELABORA MEJOR, PUDE COMPROBARLO HACE AÑOS, AUNQUE NO SE SI A FECHA DE HOY, SEGURÁN IGUAL O NO.
ResponderEliminarPERO ES UNA TARTA ESQUISITA, NO CABE LA MENOR DUDA.
UN BESO
Hola Claudia; ¿que bonito es viajar, verdad?.
ResponderEliminarHoy gracias a ti, he aprendido los orígenes de esta tarta tan deliciosa.
Me encanta el chocolate y María y yo aún tenemos en "pendientes" este rico postre.
Me ha llamado la atención la frase de Sor Juan Inés de la Cruz que nos muestras en tu blog y es que esta poetisa me trae gratos recuerdos de cuando era estudiante en los Hermanos Maristas en A Coruña.
Siempre, me han gustado estos versos:
Al que ingrato me deja, busco amante;
al que amante me sigue, dejo ingrata;
constante adoro a quien mi amor maltrata;maltrato a quien mi amor busca constante.
Al que trato de amor, hallo diamante,
y soy diamante al que de amor me trata;triunfante quiero ver al que me mata,y mato al que me quiere ver triunfante.
Si a éste pago, padece mi deseo;
si ruego a aquél, mi pundonor enojo:
de entrambos modos infeliz me veo.
Pero yo, por mejor partido, escojo
de quien no quiero, ser violento empleo,que, de quien no me quiere, vil despojo.
Fuente consultada:
http://www.poesia-inter.net/sjipeo05.htm
Un beso y muchas gracias por visitar mi cocina, un placer.
Que marvilla de entrada, he disfrutado muchisimo con ella, y el corte de la Sacher es sensacional! mil gracias nena.
ResponderEliminarGracias a todos por visitar el blog y dejar vuestras impresiones... gracias también por estos versos de una grandísima poeta.
ResponderEliminarTambién descubrí la tarta Sacher hace poco y aunque sabrosa, como suele pasar con las tan , no hizo bailar claqué a mi paladar. Me quedo con la tarta que probé en la pastelería de autor (y de ensueño) en la bella ciudad de Bamberg.
ResponderEliminarSólo por esa tarta... ya vale el viaje. Nunca la he probado... pero viendo lo que esconde tras el corte... no le pondría ningún pero, pero ninguno.
ResponderEliminarMe gusta muchísimo la tarta sacher y desde luego el colmo del fetichismo sería probar algún día esta tarta tan auténtica y con tanta historia... mientras tanto me conformaré con alguna que otra aventura en mi cocina para hacerla :-)
ResponderEliminarUn abrazo Claudia y gracias por estos dulces apuntes.
Ummmmmmmmmmmm el corte de la sacher es espectaculaaaaaaaar ,que pena no poder catarla tenia que estar de muete lenta.
ResponderEliminarUn post precioso wapa.
Bicos mil.
sin duda el día q vaya a Viena no dejaré pasar la oportunidad de comer una tarta sacher en este hotel.
ResponderEliminarYo no soy mucho de dulces, pero algunos de mi entorno de desviven sobretodo por el chocolate, ahora lo que si me encantaría es conocer Viena, debe de ser una ciudad preciosa. Que suerte viajar!!!!!
ResponderEliminarMuxu bat
Yo creo que todos los que cocinamos repostería hemos hecho nuestra versión de la tarta Sacher. A mi no es la que más me gusta, la encuentro demasiado contundente, tal y como se creó, es compacta y fuerte. Con algunos ajustes, he conseguido una versión algo más suave, sobre todo en textura. En cuanto a sabores, el chocolate es mi pasión, así que ahí si me rindo a esta maravilla.
ResponderEliminarUn beso.
Que bueno! al principio de abrir el blog hice una sacher tort y me gusto mucho, un día tendré que viajar hasta sus orígenes para comer la verdadera!
ResponderEliminarHola Claudia. Gracias por avisarme del problem en mi blog. Cuando yo abro, sale el estuario del Escalda,sin problemas, pero efectivamente, el otro día, para despedirme antes de salir para Indonesia (estoy en Yakarta) me puse a escribir una entrada sobre el último poeta maldito. Empecé, me bajé una foto de Gainsbourg e intenté bajarme un par de videos de YouTube, la famosa entrevista con Whitney Houston y la "Harley Davidson" con la BB. Mas, rayos y centellas, fracasé, no te dejan copiarlos. Canallas, filisteos. Total que dije, bueno, ya veremos a la vuelta y borré el borrador (es lo suyo, un borrador es para borrar). Voy a ver. Gracias por avisar.
ResponderEliminarSaluditos
Tengo muchísimas ganas de hacer mi tarta sacher y saber por fin cual es su sabor. Me encantó el reportaje de hoy.
ResponderEliminarBesos.
Tengo yo pendiente de hacer la tarta sacher. Siempre me ha tentado pero nunca la he probado...
ResponderEliminarGracias por tu participación en el concurso.
Besos.