Nos topamos con este restaurante de casualidad, el cual se encontraba a dos calle de nuestro ryad. Su nombre Dar Zellij. El dar es considerado como uno de los más bellos de la ciudad (dar son lo Ryad de dos plantas) y data del siglo XVII. Todo ello le da de por sí un entorno mágico como escenario para la comida y, por si ello fuera poco, un músico ameniza la velada con su cítara... perfecto para cenas románticas o simplemente apacibles.
Normalmente se tiene que reservar, ya que suele estar bastante lleno. El restaurante ofrece solo unos 4 o 5 menús de diversos precios y opciones culinarias, todos, claro está, de comida tradicional marroquí. En los menús no se incluye bebida alguna. Las ensaladas con que abren la cena, repartida en muchos platitos, son francamente buenas, llenas de frescura y sabores sorprendentes. La pastilla, que sin ser tan buena como la que comimos en Fez, sin duda también era de calidad, crujiente y de sabores equilibrados entre lo dulce y salado. El tanjine de pollo es excelente, jugoso, punto justo de limón, cuscús de vegetales para acompañar...
El dar ofrece brunch y posee una extraordinaria terraza para poder tomar un trago y disfrutar de la noche al aire libre. La comida es muy buena sin llegar a extraordinaria, pero una cena amenizada en un dar como éste ya bien vale un recargo. Los menús oscilan entre los 36 y 50 euros sin bebida.
La atención es de primera, y al estar entre callecitas intrincadas, el restaurante recoge a los comensales en un punto si así lo solicitasen.
Aconsejo siempre averiguar los horarios, ya que dependiendo de la estación, el restaurante solo ofrece cenas.
Dar Zellij
C/ kaasour Sidi Ben Slimane,1
40 000 Marrakech
Teléfono: +212/ 524 38 26 27
Web: Dar Zellij
Fachada del restaurante
Este verano comí en la medina de Hammamet y fatal, a pesar de que el restaurante salía en todas las guías.
ResponderEliminarPero éste tiene una pinta...
Un besín
www.aliterdulcia.com
LA verdas es que nos arriesgamos con este. Habíamos leído críticas diferentes... creo que está muy bien sin llegar a ser excelso.
ResponderEliminarSaludos, Isabel
Un restaurante para comer a fuego lento. Como dice Claudia, la comida sin tirar cohetes, pero para disfrutar de la espléndida aquitectura de la casa, en especial ese hermoso patio en el que el laud de un músico acompaña el rumor de las conversaciones.
ResponderEliminarA pesar de que -como dicen ellos- forman parte de la gran nación árabe, las cocinas de Túnez y Marruecos son diferentes. Lo digo por el comentario de Isabel sobre el restaurante de Hammamet. A mí, personalmente me gusta más la marroquí. Los famosos y aceitosos "bricks" tunecinos no me dicen gran cosa, así como el cuscús de pescado. En cambio, una buena "pastilla" como cuenta Claudia y un buen Tayín de cordero con ciruelas me pueden hacer saltar de gusto.
ResponderEliminarSaludos
Gracias por aclararlosno, Sorokin, desconozco la tunecina, pero es bueno saber que existe una marcada diferencia, a pesar de que comparta platos similares. Creo que la cocina marroquí es muy delicada, aunque para nosotros los guiris siempre tienen dispuestos los mismos platos porque son en parte los más sencillos.
ResponderEliminarEn cuanto dije lo de "arriesgarnos", lo decía por la medina, que goza de fama, no sin razón, de comerse allí mal, muchas veces nos vimos obligados a salir de allí para comer algo en condiciones y no esos cuscús fluorescentes que servían en los alrededores de la plaza o en algún otro restaurante para incautos.
Saludos y gracias por pasar y dejar tu comentario-
Ni te imaginas la envidia que me das cada vez que te vengo a visitar. Haces que se me pongan los dientes largos.
ResponderEliminarUn lugar de ensueño.
Besos.
Un lugar para disfrutar....qué curioso lo de que vayan a recogerte. Bss
ResponderEliminarSilvia, gracias por pasarte y comentar. Por otro lado, pero si cuando nos muestras tus restaurantes son todo un lujo para los sentidos, por no hablar d elos platos que tú misma preparas.
ResponderEliminarAmigo de los Olivos, gracias también por pasarte. La política de recoger al cliente, es que en esa parte de la medina solo pasan motos y peatones, para colmo es un poco laberíntica... así que imgino que los dueños no querrán perder la reserva, jaja.
Saludos a todos
El restaurante se ve precioso y acogedor por las fotos que nos muestras y lo que nos cuentas, me iría ahora mismo allí a tomarme una rica pastela. En verano hice un curso de cocina marroquí y este era el plato que más ganas tenía de aprender, aunque luego sólo la he hecho una vez en casa.
ResponderEliminarUn abrazo,
Acabo de descubrir tu blog, me gusta lo poquito que he visto, ahora con tu permiso me quedo cotilleando un poquito por aquí. Un saludo desde Almería
ResponderEliminarPero que envidía que me estas dando Claudia... es que huelo las calles, las especias, esos platos... me fascina la cocina marroquí y estoy totalmente de acuerdo con Sorokin: es más creativa y variada que la tunecina.
ResponderEliminarPero... prefiero más el carácter de los tunecinos al de los marroquís.
pasa por mi blog tienes regalito.
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