01 diciembre, 2015

Tapas y vinos por la calle del Laurel de Logroño



En la capital de la Rioja, Logroño, se encuentra una calle (y sus aledañas), famosa por sus tapas y vinos: Calle del Laurel. Su fama es tal, que cuenta con una página web muy bien detallada, y ofrecen un bonopincho para los grupos y organizaciones, que consiste en bonos con los que se puede pagar en aquello locales que conforman la asociación Calle Laurel. Fuimos guiados por veteranos del lugar, gracias a mi amiga María.

La calle y sus alrededores tiene muchas opciones, pero os voy a recomendar aquellas que frecuenté y algunas otras que tan solo probé una vez. 


Pincho de champiñón a la plancha con gamba.

1- Bar Soriano: Un pequeñísimo bar de solo un pasillo, sin decoraciones ni mimos que ofrece una única tapa: pincho de champiñón a la plancha con gamba. Sin duda, no hay nada mejor que dedicarse a hacer una sola cosa, porque es perfecto,  el champiñón no queda demasiado hecho y lo rocían con su sazón secreta, una base de aceite de oliva y ajos y algún que otro secreto que no piensan revelar. El punto débil, el vino que ofrecen, mejor una cerveza o al menos pida un crianza. Fue mi preferido.


Patatas bravas.

2- Bar Gargonich: Atendido por dos mujeres, ambiente familiar, las fotos de los habitués se muestran en una de las paredes. Su nombre supongo que viene de una de las tapas; gargonito, que según explica la web del Laurel es carne picada de lomo de cerdo y ternera con queso, cebolla y ketchup. Tienen buen vino, y unas patatas bravas de antología. También son famosos sus tronquitos, unos cilindros de panes rellenos de diferentes delicias al horno.


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Embuchado de cabrito, un clásico riojano.

3- Bar Donosti: Otro de los clásicos del Laurel. Ofrece una gran variedad de pinchos. Por curiosidad probamos el embuchado de cabrito, acompañado de una salsa ligeramente picante y los deliciosos pimientos rellenos (de pulpo, carne o espinacas). También es recomendable los huevos cocidos a baja temperatura con crema de boletus y hongos, entre otras tentaciones. Tiene buenos vinos, no deje de probar el Tobelos crianza.



 4- Bar La Universidad- Pulpería: Bar tradicional que sirve el pulpo en diferentes formas, a la gallega o a la vinagreta. Sirven un caldo excelente. Tiene vinos dignos.



5- Bar Sebas: En una calle aledaña al Laurel, Albornoz, se encuentra este bar que tiene una gran variedad de tapas y buenos vinos. Sus pimientos rellenos de carne son uno de los mejores de esta ruta de tapeo, sin lugar a dudas. Su bacalao en aceite también hay que probarlo. Su tortilla está entre las preferidas. La oferta de vinos es de calidad.





6- De Perdidos al Río: Es un bar restaurante, en la calle San Agustín 35, amplio y con decoración moderna. Sus mini tortillas hechas al momentos y al gusto (hongos, cebolla, jamón, pisto...) son una verdadera delicia. También sus pimientos rellenos de sepia y gambas hay que pedirlos. Pero la oferta es amplia, así que déjese llevar por el instinto. Tiene buenos vinos.



Mejillones (realmente no son de lata) y la careta de cerdo (derecha).

7- La Tavina: Es un bar pero también una tienda de vinos. Su decoración es moderna, cálida y bonita, y el trato agradable. Se puede escoger entre una gran variedad de tapas, no deje de probar las tapas más locales como la careta de cerdo o sus mejillones... De vinos, la variedad hace volar la imaginación. Los miércoles tienen un juego, si pides un vino "secreto" y logras adivinar cuál es (te dan unas poquísimas pistas) te ganas la misma botella que puedes recoger al otro día. Está claro que no acertamos, pero no estuvimos lejos.




8- El Colmado de los Artistas: Un gastropub, según se autodefinen; amplio con decoración rara y con pretensiones de moderna, que queda en la calle San Agustín. Tiene también una gran variedad de tapas, pero como llegamos a altas horas de la noche solo nos sirvieron salchichón fresco a la plancha que bien valió la pena. Buena atención.




9- El rincón de Alberto: La gran decepción. Es más para sentarse, mesas altas servidas con manteles blancos, bonito y sencillo pero la atención es pésima; de la ruta el único bar con trato poco cordial. La comida tampoco anda muy lejos, todo muy normalito tendiendo a insípido. De hecho, fue también el único lugar en donde dejamos comida en dos de las raciones. Los precios un poco inflados para la calidad que ofrecen


4 comentarios:

  1. Mmmm... Me encantan las tapas. Sobre todo los pimientos rellenos y las patatas bravas, que son mi debilidad. Las pido siempre que hay en algún sitio, y en más de uno me he llevado cada decepción... Me has puesto los dientes largos, y eso que acabo de comer.

    Abrazos

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  2. Qué maravilla de selección, qué pena que haga como mil años (bueno, quizá alguno menos) que no voy a Logroño.

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  3. Hace como dos mil años (seguro que más que Estíbaliz) que no voy por Logroño. ¡Tú fíjate que la última vez que estuve iba de la mano de mis padres!, así que tengo que poner remedio a eso. Y cuando lo ponga, me llevaré tu lista. No faltaría más.

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  4. Hola amiga, que espectáculo de calle, es para perderse en ella un par de días sin remordimientos.
    Besos.

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