En Múnich hay mucho hábito del vino, pero la verdad es que en pocos lugares se encuentra una buena vinatería o que te lo sirvan con corrección. Por los momentos, la que más me sigue gustando una italiana cercana a Marienplatz, llamada Bianco, rosso & nero.
Posee una bodega a la vista de sus visitantes en donde reina, claro está, los vinos italianos. Sabe servirlos, es bueno dejarse aconsejar por su dueño, Dino Fiordilino, que siempre está allí, quien habla alemán, italiano y un poco de inglés.
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Es cálida, romántica, pequeña y atendida con esmero. De mantelitos de cuadros, velas en la noche, sillitas altas pero diminutas, libros de cine, dentro de su decoración se abre paso bodegones reales, compuestos por frutas y antipastos. Se puede picar alguna cosa ligera, como setas, o verduras a la plancha, o cualquiera de dichos antipastos.
Posee una bodega a la vista de sus visitantes en donde reina, claro está, los vinos italianos. Sabe servirlos, es bueno dejarse aconsejar por su dueño, Dino Fiordilino, que siempre está allí, quien habla alemán, italiano y un poco de inglés.
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También se puede tomar un buen café o probar una de sus muchas variedades de agua o comprar aceite de oliva. Uno de los pocos lugares del centro que siempre quiero volver.
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Hochbrücken Straße, 4
Fotos: © Claudia Hernández
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