La atención es buena, rápida, cordial. Los camareros en su mayoría hablan inglés. Los espacios son bellos y amplios con unos techos memorables por su belleza y altura.
Para almorzar probamos el clásico gulash, tan afanosamente adoptado por los checos, bien servido, acompañado de rodajas de knedlík (alemán: knedeln, en inglés dumplings), igualmente probamos una quiche de gruyere muy buena, bien servida acompañada con ensalada con rábanos, tomates cherry y balsámico.
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Pero lo mejor, realmente son sus postres, que son un regalo para la vista y el gusto. Elegí el jasmínový dort s ovocem (espero haberlo transcrito correctamente, y queda claro que fue por su apariencia porque no tengo ni idea de qué era). Como se ve en la foto, hilos de chocolate blanco sostienen una firme crema, y que al morderla encontramos trozos de pomelo, naranja y mandarina mezclada con mínimos trozos de bizcocho, un festival de curiosos sabores que se entrecruzan para brindar alegría al paladar.
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Los cafés está muy bien preparados y tiene una variedad considerable. También se puede tomar copas si decide parar allí o alguna de esas gustosas cervezas checas. Los precios son razonables.
Vítězná, 5
Praga
República Checa
Tel.: +420 257 311 562
Praga
República Checa
Tel.: +420 257 311 562
Fotos: © Claudia Hernández
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