"El descubrimiento de un nuevo plato hace más por la felicidad humana que el descubrimiento de una nueva estrella." Brillat Savarin
02 abril, 2008
Gato se hace, no se nace
Si algo me duele, es escribir esta revisión del que fuera uno de mis bares predilectos de Madrid. Sinceramente, poco queda de la amabilidad de su trato. No sé qué políticas aplica su dueño, pero ha dejado de ser un bar agradable. Yo, no vuelvo más.
Como si un museo del coleccionista se tratase, en una decoración en la que conviven una copia libre de la Maja desnuda de Goya, fotos de toreros, vírgenes con velas encendidas, estatuas de monaguillos, y miles de rarezas más, reza en una tela de una maratón madrileña: Gato se hace, no se nace. Confesándome desde hace varios años como una auténtica gata, madrileña por vocación y corazón, quiero comenzar mi post de Madrid con mi bar predilecto: Los Gatos. Antiguamente se le llamaban gatos, a manera gentilicio informal, a los madrileños.
En Huertas, pleno corazón de Madrid, se encuentra este lugar en el que el ruido y la gente evidencian su continua efervescencia. Los guiris (turistas) siempre estarán allí para sazonar la variedad de personas que lo frecuentan, parejas de viejecitos, jóvenes cool, penitentes y demás conservadores que visitan la iglesia del frente, distraídos en corbata y alguno que otro pijo, es decir, plural: una de las últimas veces que estuve allí, nos encontramos al fulgurante actor Ewan Mc Gregor (el Obi Wan de Star War). Recientemente The New York Times ha recomendado este bar para aquellos que les apetezca ir de tapas.
Para beber hay cañas bien servidas, vinos y alguna cola para los abstemios. Poseen una variedad de tapas bastante amplia, que duran poco en la vitrina, lo que asegura su continua frescura. La de salmón con queso roquefort es de las mejores, como también lo son las de gambas al ajillo, las de gulas (no he comido en ningún lugar una mejor) al igual que sus siempre ricas empanadas de bonito. Tienen buenos jamones, para aquellos que opten por las raciones.
Tienen un pequeño salón en la parte de abajo para lo que prefieren comer sentado y con más calma, en la planta que da a la entrada, queda la barra y un par de pequeñas mesas. Las tapas cuestan todas unos 2,60 € . Un lugar en el que uno se siente "dentro" de Madrid.
Calle de Jesús, 2
Madrid
España
+34 91-429-3067
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